Me apetecía escribir un post sobre lo que el coaching puede aportar. Tendría muchas cosas que decir sobre esto, así que voy a contar parte de lo que está siendo mi propia experiencia de cambio personal y profesional.
Quizás te has sentido alguna vez con una nube en tu cabeza, es una nube gris con un tono oscuro. Esta nube está llena de pensamientos que vienen desde muchos lugares. Son pensamientos de miedo, de duda, de desconfianza, de rabia. La tienes encima de ti, día tras día y aunque tienes un objetivo y confías y sabes que lo puedes conseguir, la nube se pone entre tú y tu deseo y es muy costoso avanzar, es como si avanzaras por una niebla muy espesa que no te deja ver el camino.
Decides entonces empezar un proceso de coaching y a partir de ahí empiezas a conocerte, a nombrar tus valores, a comprender qué es lo que te puede estar pasando. Empiezas a ver las cosas desde otros lugares y empiezas a elegir desde qué lugar lo quieres ver y con qué actitud.
Además empiezas a conectar con tu fuerza, con tu valentía y sobre todo empiezas a conectar con tu corazón, con lo que quieres y con quién quieres ser.
Y los cambios no son fáciles, porque conforme te vas atreviendo a hacer cosas diferentes, van apareciendo tus creencias limitantes que te frenan el avance. Y entonces te toca revisarlas y encontrar tu valentía para primero reconocerlas y luego enfrentarte a ellas. Y así empiezas a disolverlas.
El coaching te ayuda a detectar esas creencias y a encontrar la fuerza para trascenderlas. Y así, poco a poco, conforme avanzas en el proceso la nube se va disolviendo, se va volviendo cada vez más transparente y te va dejando ver con claridad lo que tienes delante. Los pensamientos se van controlando y empiezas a vivir el presente, a tomar las riendas de tu vida y a decidir qué quieres hacer.
Estos cambios te van llenando de vida. Empiezas a sentir que estás viviendo la vida que quieres vivir, la nube desaparece y ves con claridad. Empiezas a ser quien quieres ser. Y es posible que en algún momento la nube vuelva y te vuelva a acompañar, pero tú ya no eres la misma persona y has aprendido la forma de soplar para que la nube vuelva a desaparecer.
En todo este proceso el coach te va acompañando y te va ayudando a sacar lo mejor de ti mismo. El coach conecta contigo de forma que es capaz de encontrarte en tu esencia. La relación que se crea entre tú y el coach y el trabajo que hacéis juntos te permite conectar con quien eres y conectar con tu corazón.
Y si lo observas tomando un poco de distancia, puedes ver la diferencia entre quién eras cuando empezaste y quién eres ahora.
Y tú querida lectora, querido lector, ¿quién eres? ¿Quién quieres ser?
Ariel Garoberea says
¡Hola Ade!
Me gustó la idea de aprender a soplar para disipar la nube. Un besote!
Adelaida Aliaga says
Gracias Ariel! Sí, cada uno tenemos que buscar lo que nos va mejor. ¿Con que intensidad has de soplar? ¿Hacia donde?