Recuperar el equilibrio como padres es necesario para ir adaptándonos tanto a nuestros propios cambios como a los de nuestros hijos.
Nuestros hijos van creciendo y van entrando en nuevas etapas como la adolescencia y la juventud y nosotros como padres también vamos evolucionando y cambiando, así que todo el sistema familiar se tiene que mover para ir adaptándonos unos a otros.
Los padres somos los primeros que tenemos que empezar a adaptarnos. Podemos hacer una revisión de cómo están funcionando las cosas y si estamos actuando como nos gustaría. Cómo estamos hablando a nuestros hijos, cómo nos relacionamos con ellos, cómo les ayudamos. Si estamos contribuyendo a su maduración, si les damos su espacio, si les damos responsabilidades…
¿Qué podemos hacer para acompañar a nuestros hijos y sentir nuestro equilibrio como padres?
Aunque esto podemos hacerlo siempre independientemente de la edad de los hijos, cuando entran en la adolescencia y la juventud aparecen nuevos comportamientos que nos pueden descolocar y se ve más necesario revisar cómo estamos actuando y qué cosas podemos mejorar.
Te propongo algunas cosas que puedes empezar a plantearte a la hora de hacer tu adaptación a la situación actual que estéis viviendo:
Encuentra tu propia forma de acompañar a tus hijos
Como coach ayudo a las personas a que encuentren qué quieren hacer y cómo, en base a sus valores, a su misión y a su momento de vida. Mi invitación es que olvides las recetas, incluso las que te doy yo, y que encuentres cuál es tu forma de acompañar a tu familia. ¿Qué es importante para ti dar en la relación con tus hijos? ¿Cómo quieres hacerlo? Olvida las interferencias del exterior sobre lo que es bueno o malo, lo que está bien o está mal. Conecta contigo, conecta con tu corazón y actúa conforme sientas.
Si tienes dudas, si no sabes bien qué es lo que de verdad quieres, busca la ayuda que necesites para encontrarlo, de forma que sientas que lo que haces con tus hijos es lo que quieres hacer.
Repasa tus valores y tu misión personal y revisa si en la relación con tus hijos se ven honrados.
Deshazte de las etiquetas
Sí, deshazte del lado negativo de las palabras preadolescente, adolescente y todas las palabras que tengan connotación negativa para ti y que puedan influir en nuestros hijos y nuestra familia. Cuando dices en algún sitio que tienes un hijo adolescente, nos miramos todos con cara de circunstancias, pensando en que es una etapa difícil y complicada.
Y sí, no niego que no lo pueda ser, pero no contribuyamos a hacerla peor con nuestra forma de pensar. Demos una oportunidad a los jóvenes que están pasando por esa etapa. Veámoslos como las personas que Son, veamos su verdadero Ser.
Practica la escucha activa
Escucha a tus hijos. Aprovecha los pocos momentos que nos dejan para estar con ellos y donde tenemos la oportunidad de escucharles.
A veces se quejan de un profesor y acabamos defendiendo al profesor (¡Qué habrás hecho tú para que se enfade!) o a nuestro hijo (¡Pues vaya con ese profesor!). Y no se trata de defender a uno u otro, sino de escuchar sin juzgar. ¿Qué nos está diciendo con esto?¿Qué está sintiendo?¿Cómo le puedo ayudar? Primero empatía, que sienta que le comprendemos y luego vemos cómo ayudarle.
Mantente en el presente y conectado contigo
¿Qué rutinas necesitas para sentir tu equilibrio personal?
Perder nuestro equilibrio personal va a influir en la relación con los demás, sobre todo con las personas más cercanas y que más queremos, que sin querer a veces son los más perjudicados por el estrés laboral, la ansiedad, la falta de tiempo, la insatisfacción, etc.
Encuentra tu felicidad para que los de tu alrededor también pueden encontrar la suya.
Y por dónde empiezo a recuperar el equilibrio como madre o padre.
Vuelvo a darte una idea que quiero que hagas tuya. Yo te propongo algo, y te invito a pensar cómo lo quieres hacer. Sólo te pido que hagas algo, pues los cambios sólo llegan cuando empezamos a cambiar nuestro pensamiento y nuestras acciones.
Busca un momento de tranquilidad, quizás puede ser a primera hora de la mañana o a última de la noche cuando todos se han acostado, o tomando un té a mediodía.
Contesta a estas preguntas
- ¿Cómo me siento con la forma en que hablo con mis hijos?
- ¿Cómo les escucho cuando me hablan o me cuentan cosas?
- ¿Qué legado les estoy dejando con mi forma de actuar?
- ¿Me gustaría que algo cambiara? ¿Depende de mí? ¿Qué puedo hacer?
- ¿Siento que algún problema está interfiriendo en mi relación con ellos?
- ¿Qué miedos tengo sobre el futuro?
- ¿Qué connotaciones negativas me traen las palabras como niño, preadolescente, adolescente etc.? ¿Aportan miedo a la relación?
- ¿Cómo me cuido? ¿Qué aporta esto a mi familia?
Con la respuesta a alguna de estas preguntas ya puedes proponerte un objetivo y un plan de acción para recuperar tu equilibrio personal y tu equilibrio como padre.
¿Te animas?
Y si quieres hacerlo acompañado, ponte en contacto conmigo y te ayudo a encontrar tu forma y tu equilibrio.
Te mando un fuerte abrazo,
Ade